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domingo, 6 de diciembre de 2015

Paso a paso

- ¡Ey!, ¿cómo vas? Te esperaba.

- ¿Me esperabas?

- Sí. Después de este tiempo más o menos he podido saber cuando sueles venir.

- No sé si alegrarme por la atención o si salir corriendo.

- Prefiero que sea lo primero.- Se sonrió el muchacho.

- Veo que estás más animado. ¿Por qué?

- He estado pensando. Y, por una vez, no ha salido algo negativo.

- Cuéntame.

- He llegado a la conclusión de que, aunque no lo digas, lo que digo, lo que hago, influye de alguna manera en ti. ¿No es cierto?

- ¿Y ahora te das cuenta?

- No estaba muy seguro. Supongo que entiendes mis dudas. Sé que actuar como una montaña rusa no ayuda a nadie, pero es con lo que he tenido que lidiar. Y ahora, no es que las certezas hayan cambiado, sin embargo, de algún modo me animo. Es muy curioso, ¿sabes? Que, sabiendo dónde está mi línea, y sin poder cruzarla, puedas trastocarmelo todo.

- Yo no trastoco nada. Es tu cabeza. Yo no me meto ahí y decido hacer de ella un laberinto.

- Sí, vale, tú no lo haces conscientemente. No obstante, sí formas parte de todo. Tanto es así que si tuviera que irme, una gran parte de mí se desgarraría por el camino.

- No te obligo a venir. Ya lo sabes. Puedes marcharte si lo consideras necesario. Notaría la ausencia, no voy a negar eso, pero el problema es que no se pueden reducir las cosas a un "estás conmigo o contra mí". El riesgo es enorme. ¿Qué haría si de repente todo lo que me rodea se convirtiese en cenizas? Si te dejo entrar, tú tendrías ese poder. Y ya hay una parte que está arrasada.

- Lo sé. Es por eso que, incluso con los pocos medios de que dispongo, seguiré intentado entrar. Palmo a palmo. Flor a flor. Y si al final no consigo llegar al centro, si ni siquiera logro tocarte, podré irme sin remordimiento alguno. Con la certeza de que el camino que he recorrido sin conseguir el objetivo, ha sido más hermoso incluso que el que otros pisotearon sin saber que entraban en los jardines mejor dispuestos que nunca vi. Y las murallas que ellos encontraron bajas y sin alambre tendrán la huella de mi sangre. Y si al menos consigo eso, podré irme; ligera la carga, deshecho el interior.

- ¿Qué piensas hacer?

- Pronto lo sabrás.

https://youtu.be/xDtcTn5gb1I

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