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martes, 16 de junio de 2015

I Certamen Mundial Excelencia Literaria M.P.

No suelo poner las veces que me seleccionan en un concurso, porque entonces os aburriría mucho pero este considero que tiene especial relevancia y lo considero un logro personal.
Se trata del I Certamen Mundial Excelencia Literaria M.P. donde me han seleccionado finalista en la categoría de aforismo, y en la de poesía. Os dejo una breve descripción del concurso y os dejo el enlace por si a alguien le interesa comprar el libro (es el de poesía, si desea las otras categorías, puede pedírmelo y me pongo en contacto con los organizadores) 

"Agradeciendo a todos los participantes sus aportaciones de la más alta calidad, respaldados mayoritariamente por una sólida formación académica entre la que destaca la alta participación de profesores de literatura, tanto de high school como de distintas universidades, así como ingenieros, médicos, contadores y otros profesionales procedentes del ámbito de la comunicación, llegando a recibir incluso a congresistas. A propuesta del Jurado M.P. Literary Edition considera la publicación de las obras seleccionadas, al ser meritorias de figurar en la antología de Finalistas, como referente de calidad literaria, y en representación del pensamiento y la literatura que en lengua española se fragua a lo ancho del orbe, con la incorporación de la Biblioteca de Autores Latinoamericanos."

http://www.amazon.es/Certamen-Mundial-Excelencia-Literaria-Literary/dp/151436705X/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1434465372&sr=8-1&keywords=i+certamen+mundial+excelencia+literaria+mp+literary+edition


Dejo aquí mi poema, y el aforismo.


Aforismo: 

La mente en blanco es la que piensa en todo sin pararse en nada.
 
Poema:

Persiguiendo fantasmas

He quemado los
caminos de papel
sin saber que debajo
solo había silencio.

He derribado puertas
imposibles que parecían
sin saber que detrás
solo había vacío.

Las olas de mi mente
no borran las huellas
grabadas en la arena.

Al fondo, el acantilado,
y una caída que destroza
las viejas ilusiones.

Te ahogué para hundirme,
qué irónica es la quimera
que dibujan los ojos.

Una respuesta que nunca
llega en los cuervos,
mentiras que afilan el
cuchillo de la noche.

Las pistas equivocadas
de un mal detective,
ya hablará el cadáver
que se hizo a sí mismo.

El pasado está presente,
entre las espinas florece
un rojo dulce,
un grito ahogado,
y la agradable agonía.

sábado, 13 de junio de 2015

Mil golpes, una salida

Los cristales verdes
se deshacen entre
ríos de púrpura.

Las gotas malditas
saltan una vez,
antes de pegarse
contra el suelo.

Lágrima solitaria
que surca brillante
la palidez mortal.

Un gesto, una mirada,
castillos derrumbándose
sobre el salón.

Los niños miran,
otro juego más,
el miedo los busca
en el escondite.

Silencio que atruena,
ecos reverberan
en las heridas
de la mente.

Un golpe, luego otro,
donde la ceguera
cubrió con su ira
al perdedor.

Gritos enmudecidos,
vano escudo de
dedos agarrotados.

Nunca la espada y
la pared habían estado
tan unidas.

Sirenas iluminan
las calles del horror,
los murmullos trajeron
agentes del caos.

La vida se escapa
en un suspiro,
corre, corre
hacia delante.

Corre, corre,
pues no hay nada
que compense
las magulladuras.

Corre, corre,
pues en la caverna
de las tinieblas
estarás siempre a oscuras.

lunes, 1 de junio de 2015

Lo siento

Escucho canciones desconocidas en la distancia. Suenan bien, pero no pueden las notas ser rozadas. Un idioma extraño, de tierras desconocidas, dormitando sobre la cama de un sueño lejano. No, lo siento, las palabras no pueden abrir brechas en el suelo, ni tampoco cerrarlas.

Las palabras son mentiras, ilusiones, deseos, y un rastro de melancolía flotando entre la felicidad. Una mano no puede tocar a la otra, y los frágiles puentes de cristal se hacen añicos bajo el peso de la realidad.

Lo siento, ya caerán sobre ti las legiones de los espartiatas, aliados más cercanos, y más feroces que mi escudo de hojas y mi espada de papel. No derramé más sangre que la de una herida, y en tu caso solo caerá al suelo el tintero.

Seguiré abriendo los brazos a esta curiosa experiencia, donde la soledad se difumina de la mano de un juego en el que, se sabe, ya está todo perdido de antemano, y solo queda intentar ganar alguna ronda.

Lo siento, seguirán cayendo las flechas de cartón sobre tu corazón, ese país envuelto siempre en la misma guerra civil.